domingo, 9 de febreiro de 2014

PARA OS MAIS FUTBOLEROS... BUENO DEPORTISTAS EN XERAL


El síndrome del padre entrenador

padre entrenador

Todos los padres tienen una cosa en común: buscan lo mejor para sus hijos.

Y muchas veces tienden a asimilar éxito deportivo con el éxito como padres. La mentalidad es ¡si mi hijo gana un partido, es que soy un padre cojonudo!, y claro, esto lleva el riesgo de estar aportando unos valores que en muchos casos son negativos.



Estas actividades no sólo son una formación deportiva, sino también una formación humana, social y personal.

Tenemos que recordar que en cualquier deporte de iniciación, ganar no lo es todo. Es preferible que aprendan valores como el esfuerzo, el trabajo en equipo, amistad, compañerismo, habilidades físicas y en el puro disfrute del juego.

Lo primero que se debe hacer como padres es apoyar al niño. Hay que ser comprensivo con él, y tratar de no decirle críticas negativas. Nuestras expectativas suelen ser altas,ya que pretendemos que sea lo que no fuimos en nuestra juventud. No se trata de desarrollar mejores atletas, sino desarrollar mejores niños…a través de valores como el juego limpio, disciplina, obedecer las normas, aprender a ganar, aprender a perder.

Seguro que más de uno ha presenciado al típico padre que se pasa todo el partido gritando a su hijo, al entrenador, al equipo contrario y al árbitro, profiriendo insultos y en la mayoría de los casos, avergonzando al niño. La labor del entrenador en este caso debe de estar apoyada por los padres, que en muchos casos interfieren y perjudican el desarrollo y mejora de su hijo. Nuestra actitud es lo que ellos aprenden, y debemos dar el mejor ejemplo posible.

No es fácil para nadie dejar en el banquillo a un chaval sin jugar, por eso debemos servir de modelo respetando al entrenador y los diferentes lances del juego. Hay que tratar de no presionar ni imponer ordenes, ya que él es quien dirige al equipo y no es bueno contradecir su autoridad. Es preferible entablar un diálogo cuando surge alguna discrepancia. Esto no quiere decir que no podamos aportar nuestros consejos o ayuda en algunos aspectos del juego.

También es muy importante para ellos que vayamos a verles jugar, tanto cuando sea en su colegio o centro, como en salidas externas. Es la mejor manera demostrarles nuestro interés y apoyo emocional.

A modo de resumen, los padres deben esforzarse por cambiar sus actitudes y comportamientos, para poder tener unos hijos deportistas, y que disfruten con el juego, respeten a los rivales y sean buenas personas en el futuro.

Bob Bigelow, ex jugador de la NBA, escribió un libro sobre este fenómeno titulado 'Dejen que los niños  jueguen' (Just Let the Kids Play) donde aborda el tema de la exigencia en los niños y el deporte. Si quieres saber más, y sabes inglés, seguro que te sorprenderá.

FONTE: EL BLOG DE FLUFF
http://blog.fluff.es/2014/02/el-sindrome-del-padre-entrenador.html

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